Madrid, laudate.

Ese invento del ISIS es un absoluto fracaso. En Madrid se sigue comiendo el torrezno, los señores siguen tomando el vermuth y las cañas vienen siempre acompañadas de la pertinente cortesía en forma de tapa, las mujeres van en minifalda y como les da la gana, beben vino y leen a Kafka. Seguimos haciendo cine, ópera, teatro, danza, música culta y escuchando en el metro auténticas horteradas. Además, mis amigos homosexuales siguen campando a sus anchas y celebrando con orgullo sus conquistas sociales. Hay cuerpos desnudos en las galerías de arte y en las discotecas, conviven democristianos con marxistas republicanos y ácratas. Hacemos el amor y damos los buenos días, somos amables y civilizados porque vivimos sin miedo. Ames a quien ames y seas quien seas, Madrid te quiere.