12 de octubre de 2017 - Hispania
12 de octubre, 2017 -
Hispania
A 12 de octubre de 2017 en España, cuando corresponde rememorar el
descubrimiento de América y el día de la Hispanidad, algunas voces se alzan en
nuestro país pidiendo celebrar, en su lugar, el día de la Resistencia Indígena. A
la ridícula e infame pregunta de si se produjo un genocidio el 12 de octubre de
1492 solo cabe responder en clave humorística: El día 12 no, porque la gente
venía muy tocada del viaje, con un jetlag de Carabela espantoso. El tema
genocidio empezó en realidad el día 13. Me explico: Estaba aquella buena gente
de allí (los bisoños indiecitos) conviniendo cuántas niñas vírgenes sacrificar
por la mañana y cuántas arrojar al pozo por la noche (políticas de género) y
cuántos chiquillos pasar por el cuchillo de obsidiana para satisfacer a unos
dioses sedientos de sangre, entre tanto disfraz de jaguar y tanta pluma de
carnaval triptamínico, estaba aquella peña sosegada, digo, en que en habiendo
despuntado un día soleado que te cagas en la playa, mientras algunos sacerdotes
oficiadores del rito sagrado Maya sodomizaban a los vástagos pobres de las
familias menos favorecidas (inserción social), llegamos los españoles con una
mala leche que te rilas y las típicas ganas de fiesta acumulada para el fin de
semana después de meses sin cubatas, con dos guitarristas por banda tocando
alto gitaneo y montamos una pajarraca que todavía se recuerda. Entretanto, los
reyes de allá, que eran intachables demócratas, repartían con generosidad el
monipodio de carne de bebé humana, ocelotes disecados, y piedras preciosas
entre un pueblo que los aclamaba entre vítores alucinados y psicodélicos. Para
mayor Inri, en medio de todo aquel carajal apareció Franco, un gallego bajito
con cara de pocos amigos, un facha de bandera rojigualda (la del pollo) y
comenzó a hacer obras hidráulicas e infraestructuras a diestro y siniestro
(pantanos, presas y autovías), y a ponerle nombres españoles a las principales
calles y plazas. Don Santiago Bernabéu se robó a un indio que llamaban La Saeta
comprándoselo a los millonarios de River por 4 monedas de plata y
convirtiéndolo en su esclavo sudaca forjó la leyenda del Real De Madrid, el mejor equipo
de la historia y Real desde el propio rey de Borbón Alfonso XIII. Lo de las matazones allá se nos
dio regular porque nació una prole fuerte y vigorosa de la mezcla de al menos 4
o 5 razas diferentes y hoy conviven allí casi 500 millones de hispanoparlantes,
lo que se conoce como un exterminio en toda regla. Unos morenos y bajitos,
otros altos y mulatos, hasta blancos con cara de cerdo conquistador español
fascista de toda la vida de dios. La cosa es más o menos así y así se la vamos
contando. Reivindiquemos también a los mestizos y a los indígenas, esa peña era
lo máximo, nada hubo de cómo se les representa hoy en el canal imperialista
Netflix, descontextualizados de la selva, muchachos morochos y joviales
corriendo en taparrabos, hoy ya enjutos mapuches con metralleta que van de
cocaína hasta las cejas. Hoy proliferan nuestros carnales, familiares y
honrados, compadritos al fin y al cabo, en conjuntos de nobles campesinos,
refinados astrónomos e incluso economistas liberales. Nada que ver con el paño
de genocidas españoles, unos dignos y perfectos hijueputas de la peor calaña.
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