… Si
supieras que en estos pensamientos estás siempre flotando como una luz tenue,
un aire que viste la noche de quietísima oscuridad, elegante, con un toque de
lo antiguo y de lo eterno, sin perder tu vigencia y tu actualidad.
Si supieses
cuántas tardes me acompañas al saltar a la plaza a torear con las palabras
apropiadas, estéril y yermo el verbo, hueca y crujiente la redundancia, pálido
el cuerpo sobre este viejo escenario, teatro cansado de vanidad. Y tú, musa
celeste, canon de Policleto, faro de Occidente, antídoto de toda mediocridad.
Virtud, belleza, estatua de sal, soplo de Síbaris, viraje de toda
necesidad.
…si en estos
pensamientos mi deshonra me espanta,
pienso en ti felizmente, y entonces mi consuelo
como una alondra a orillas del día se levanta
huye del mundo oscuro, y canta a las puertas del cielo.
Tal riqueza me ofreces, dulce amor recordado,
que desdeño cambiar con los reyes mi estado.
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