UPyD. La alternativa necesaria.
Somos un grupo de personas con ganas de cambiar las cosas, con un espíritu renovador y con formación universitaria. Nos presentamos por primera vez a estas municipales con la convicción de que se puede mejorar la situación de nuestro apreciado municipio de Santa Brígida. No nos importa tu ideología, no te pondremos ninguna etiqueta, aquí conviven personas e ideas de corte progresista, reformistas, gente de izquierdas, y una corriente más conservadora. Lo que queremos es demostrar que se puede hacer política de otra forma. Cuando las ideas son sensatas se pueden asimilar en nuestros programas. Aquí no tenemos miedo a llamar a las cosas por su nombre, a estudiar todas las propuestas procedan de donde procedan, cuando estas son atinadas. Queremos reformar la ley electoral proponiendo listas abiertas para que cada voto tenga el mismo valor y peso, sin importar la región de España en la que nos encontremos. Devolver algunas competencias que consideramos deberían regularse a nivel nacional como educación y sanidad pero también unificar criterios normativos para las leyes de comercio, acabar con las duplicidades competenciales que generan un gasto innecesario, terminar con el clientelismo asociado al excesivo nepotismo en los ayuntamientos, pero sobre todo, devolver la dignidad al cargo político que se ostenta. Es verdad que no somos profesionales de la política. Lo cierto es que somos trabajadores, profesionales que hemos decidido emplear parte de nuestro tiempo para dedicarnos con entusiasmo a una actividad, que cuando se practica con honestidad, redunda sólo en beneficio de los demás, no en el propio. Estamos en esto un poco por hartazgo, es verdad, pero no quisiera incidir mucho en esta coyuntura negativa, aunque fuera una razón de peso para iniciar nuestra andadura. La corrupción en las instituciones ha alcanzado niveles grotescos. La falta de alternativa es evidente. El proceso de urnas se ha convertido en una monótona alternancia entre dos o tres partidos que son, de facto, completamente iguales. No me quiero olvidar de los nacionalistas, enmascarados por los cultifilisteos. Con sus propuestas apócrifas, sus galimatías identitarios, su afán desmedido por conservar la silla y por mantener eso que ellos consideran suyo.
Como les decía, no quiero extenderme en lo negativo. Quiero dejarles aquí un mensaje para la esperanza. Somos un grupo de personas como ustedes, que quiere revitalizar la vida política, regenerar nuestras instituciones, hacer que la democracia sea una herramienta de participación directa, más cercana a la ciudadanía. Queremos luchar para cumplir con nuestras obligaciones cívicas, para que se respeten de verdad nuestros derechos, para que seamos iguales en lo único que de verdad nos importa, las oportunidades. Queremos caminar juntos al amparo de una constitución para todos, avanzar en la construcción del progreso.
La brecha es ya demasiado profunda entre el estado y el conjunto de los ciudadanos. Cuando se producen estos vacíos de legitimidad moral, la situación política degenera hasta volverse peligrosa. No dejemos que esto se convierta otra vez en un cavar nuestra propia tumba. Si no ponemos remedio, si no asumimos nuestras responsabilidades, alguien lo hará por nosotros.
Aspiro a emocionarles con nuestras ideas, a hacerles formar parte de nuestro proyecto. Pretendo que vuelvan a enamorarse del municipio en el que vivimos.
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