A pròpos
Algunos pseudointelectuales de este país insisten en que la legitimidad está en los gobernantes que son elegidos en las urnas. La legitimidad está en el derecho, en el cumplimiento de la ley que marca los límites de nuestra convivencia, y la soberanía nacional reside en el pueblo. Los gobernantes solo obtienen en préstamo por un tiempo limitado la confianza de sus representados. Esto no es un cheque en blanco para hacer lo que les venga en gana. Hay que adaptarse a los tiempos que corren. La democracia debe ser un sistema abierto y participativo, funciona mejor como un servicio de atención al cliente que como un cortijo de tarambanas.
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