Filosofía
La filosofía, como la he entendido y vivido hasta ahora, significa vivir
voluntariamente entre el hielo y las altas montañas, buscando todo lo extraño y
cuestionable que existe, todo lo que hasta ahora ha sido prohibido por la
moral. El hielo está cerca, la soledad es tremenda, ¡pero cuán calmadamente
todas las cosas se encuentran en la luz! ¡Cuán libremente uno respira! ¡Cuánto
se siente debajo de uno mismo!
Friedrich Nietzsche, Ecce Homo, Prefacio.
La izquierda se sigue presentando como la voz del pueblo, aunque el pueblo
la abandonase hace tiempo como representante de sus intereses y como
responsable de sus conquistas sociales. Lo bueno del liberalismo es que no es una
doctrina política basada en aprioris e ideas fijas, sino que atiende a los
cambios y resultados de las diversas actividades humanas para aportar
soluciones. Me temo que este mismo concepto es inexplicable para el ánimo
bolchevique.
Supongo que cuando hablan de privilegios, las convocantes de la huelga se
refieren al 1% de la población que controla el 90% de la riqueza mundial, y la
reivindicación se centra en tratar de conseguir una redistribución más
equitativa de la misma. Si este es el caso, lo que se pretende aquí es
intentar la aplicación del experimento comunista por otras vías. Supongo
que la huelga feminista es a favor de la igualdad real de derechos y
obligaciones de facto reflejada en nuestras leyes, y no es tanto en la línea
del discurso que considera privilegiados a los que se levantan a las cuatro de
la mañana para hacer el pan, recoger la basura, trabajar en las alcantarillas,
o en estaciones eléctricas y nucleares, y de manera mayoritaria en excavaciones
mineras y otros trabajos peligrosos, por el mero hecho de haber nacido hombres. Deseo también que no se nos quiera aplicar
este mismo rasero a los que colaboramos en la educación de los hijos, pagamos
su manutención, y realizamos las labores de la casa, etcétera.
Derrotados en el debate ideológico y sin referentes claros de un modelo de
éxito entre los países que aplicaron su doctrina, el comunismo buscó en las
derivadas territoriales y de identidad colectiva un espacio donde recuperar el
prestigio perdido. Los resultados tampoco acompañaron las felices expectativas
y el discurso buenista, ya que la mayoría de los ciudadanos occidentales hemos
decidido que nuestras diferencias no son tan importantes como para levantar
fronteras o impedirnos convivir en un espacio común que nos brinda seguridad,
riqueza y progreso.
Para
abordar este asunto sería preceptivo aplicar de nuevo el método socrático. Hay
que decir la verdad y preguntarse si lo que de conformidad se pretende es
cobrar más por trabajar menos, o que de alguna manera se compense el tiempo
dedicado a la crianza de los hijos, el trabajo en el hogar, y otras actividades
humanas relacionadas a las que algunos hombres nos hemos incorporado con
entusiasmo desde hace décadas. Analicemos los factores decisivos a la hora de elaborar una relación compensada entre salario y horas ajustadas si Ceteris Paribus. En cualquier caso, este tipo de decisiones
corresponde al núcleo de la familia, por lo que las políticas de apoyo deberían
retornar al Ministerio de Trabajo y distribuirse armoniosamente entre hombres y
mujeres, ya que es necesario que el 100% de la población colabore en los
cambios y se implique en las transformaciones sociales necesarias.
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