Hasta que la muerte nos separe


De lo último que recuerdo antes de morir,
Es aquel rostro penetrante y afilado,
En medio de aquella noche tranquila,
Y a pesar de mi memoria frágil y esquiva,
Era aquel bulevar de luces verdes ininterrumpidas,
Que había visto enmudecer tantas otras veces,
De gente elegante paseando por la acera gastada,
De edificios blancos con sus fachadas prominentes,
Y de repente; ¡Pam, Pam, Pam! Tres golpes secos en el aire,
Recibí los plomazos en la parte posterior de la cabeza y caí muerto,
Después, un tiro de gracia a quemarropa en mi frente noble y despejada,
Ella me devolvió la sonrisa azarosa con sus dientes de amazona,
El tiempo se detuvo fulminante sobre aquel dragón tatuado en su clavícula,
La vida se me iba deslizando como humo a través del ojo de una cerradura,
Un estruendoso doble rayo percutido, y mi sonrisa truncada para siempre,
Meticuloso y oscilante, mi frío corazón se inflamó detonado,
mi cabeza vertiginosa recordaba los ojos de mi esposa,
- Estás caliente como una pistola, mi vida -.
Torpe y extraño encuentro sexual morboso al final de la escapada
Eros y Thanatos fundidos en un vals postrero
Un túnel de luz blanca en el último acto, pensé;
14.000 millones de años de oscuridad y luego nada
Una luz débil y luego nada…

Vuelvo al universo silencioso en un lento fundido a negro.


Comentarios

Entradas populares