El bisonte de terciopelo
Acaricia animales de ensueño Les dibuja palabras en la espalda En sus costillas entierra sus dedos Luce manos de escultor griego y cincela cíbolos mitológicos que vuelan en el aire. Pasa la mano por el lomo del bisonte de terciopelo Toca su cara de espíritu noble y no siente miedo Los crímenes del mundo son la antesala de este museo Un niño baila como un indio descalzo sobre la arena Calla el desierto, el silencio se acerca y le susurra algo Recrea el pasado con el vuelo de un águila La luz se apaga y cae la noche Respira el olor de la tierra roturada Canta con el alma, su rostro de mármol blanco. El sol quemado saldrá mañana De rojo cáustico, vestido de muerte. Los viejos le llaman el destructor del mundo.